miércoles, 22 de noviembre de 2023

Educación sexual en la familia


¿A ti también te resulta difícil?


Cuando trabajamos con las familias suele salir este tema de la educación sexual y lo califican como uno de los más difíciles.

Aquí compartimos una breve reflexión sobre esta educación y algunos recursos que pueden servir de ayuda para abordarla en casa.


Muchos padres y madres perciben la educación sexual de sus hijos e hijas como algo que les resulta, cuando menos, incómodo de afrontar, por lo que acaban dejándola de lado, confiando en que se encargue de ello la escuela y con eso sea suficiente.

Si hablamos de lo que consideran que es la sexualidad y la educación sexual, descubrimos que tienen creencias como que la sexualidad tiene que ver, sobre todo, con los órganos genitales, y que la educación consiste principalmente en tener una “conversación seria” con los hijos e hijas cuando se aproxima la adolescencia.

Hay que empezar cuestionando estas ideas y reflexionando sobre algo en lo que no solemos reparar: 

En la familia siempre hay  alguna educación sexual -con o sin intención- porque la educación depende de lo que transmitimos con las actitudes y comportamientos más que con las palabras. 

Los padres y las madres son el modelo de referencia principal de sus hijos e hijas, que no se pierden detalle desde sus primeros años; lo que mamá y papá dicen y lo que no dicen sobre la sexualidad, las preguntas que contestan y las que ignoran, los gestos, las acciones, las relaciones que tienen entre sí… son las primeras enseñanzas que sus peques reciben y que van a condicionar de alguna manera la forma de vivir su propia sexualidad.

Una educación sexual adecuada les ayuda a aceptarse, a respetarse y respetar a las demás personas, a protegerse de los abusos; puede ser un antídoto contra la violencia, además contribuye a la prevención de las Infecciones de Transmisión Sexual, los embarazos no deseados, etc. Así que ¿cómo no va a implicarse la familia? 

DOS CLAVES

La educación sexual empieza en los primeros años. Es un proceso que no debemos dejar al azar en la familia, es necesario llevarlo a cabo de forma consciente, poniendo atención e intención para que sea lo más adecuado posible. 

Hay dos claves que facilitan este proceso: el ejemplo y la confianza.

El ejemplo, el "buen" ejemplo, en el caso de la educación sexual, tiene que ver con ser personas respetuosas en palabras y gestos, capaces de expresar ternura, cuidando de no transmitir estereotipos sexistas ni prejuicios.

La confianza se gana en la relación que se establece con los hijos e hijas desde que nacen, significa crianza basada en el apego positivo, que sientan que se les acepta, escucha y apoya, que se les acompaña y orienta, significa buena comunicación para hablar con naturalidad de cualquier tema, también de la sexualidad, de manera adecuada a su edad. 

Dos claves no parecen mucho ¿verdad?, pero en realidad suponen un profundo trabajo personal, en primer lugar para clarificar nuestra concepción sobre la sexualidad ¿cuáles son nuestras ideas y valores?, una mirada sobre la educación sexual que hemos recibido, lo que podemos mejorar…Al final es una oportunidad para aprender, para evolucionar como personas y en nuestro papel educativo; recordemos que educar es también educarnos.

UN RECURSO ÚTIL PARA EMPEZAR

Hoy día tenemos al alcance recursos que pueden ayudarnos en la educación sexual, como estos que os recomendamos. 

Son cinco vídeos dirigidos a las familias, que forman parte del proyecto educativo "Sexualidades", de la Consejería de Salud del Principado de Asturias. 

Tratan diversos contenidos según las edades de los niños y las niñas:


Episodio1: de 0 a 3 años

La familia es la primera figura de apego y de referencia en la infancia…

Episodio2: de 3 a 6 años

La educación sexual nos prepara para conocer nuestros cuerpos, para saber valorarnos y querernos, para comunicarnos de una forma positiva...

Episodio3: de 6 a 10 años

Establecer relaciones basadas en la igualdad y los buenos tratos, y la educación emocional son otras claves de la educación sexual…

Episodio4: de 10 a 13 años

La a etapa adolescencia es una etapa clave de cambios a nivel físico, pero también psicológico y social…

Episodio5: más de 13 años

La educación sexual también nos permite tener claves para expresarnos eróticamente de una forma satisfactoria y para poner en valor la diversidad…

En estos vídeos la sexóloga María Rodríguez, expone contenidos fundamentales sobre la sexualidad y la educación sexual que pueden servirnos de guía a la hora de abordar ese proceso educativo en la familia. 

Para profundizar en este tema, podéis participar en algún taller presencial. En Lena lo organizamos cuando se completa un grupo de personas interesadas en realizarlo. Además, en la Biblioteca municipal, en la sección del programa Educándomos, contamos con materiales que pueden resultar útiles, entre ellos, muchos de los títulos recomendados en los vídeos referidos. 

No hace falta ser especialistas en sexualidad ni en educación sexual para educar a los hijos e hijas en este tema, basta con tener información básica, ofrecer buen ejemplo y cultivar esa buena relación educativa, basada en la confianza mutua, para acompañarles en su crecimiento.


Más información: 

Astursalud: 

Educación sexual en la familia

Sexualidades. Proyecto educativo.




#educándomos



jueves, 16 de noviembre de 2023

Edadismo ¿Cómo nos afecta?


La palabra edadismo se refiere a los estereotipos y prejuicios existentes en relación a la edad. 

El edadismo conlleva formas de pensar, sentir y actuar que en muchos casos llevan a la discriminación de personas y grupos y tienen un impacto negativo en la salud. 





La edad es uno de los criterios de clasificación social que más se utilizan, el problema es que esa clasificación suele llevar aparejada una serie de creencias a cerca de cómo son las personas de una edad determinada y esas creencias condicionan nuestros comportamientos y relaciones, no siempre para "bien".

Fue el gerontólogo Robert Butler quien le puso nombre en los años 60 del pasado siglo, pero el edadismo siempre ha existido, expresado de diferentes formas. Afecta a todas las personas, especialmente a jóvenes y mayores.

Actualmente, los estudios realizados muestran que una de cada dos personas en el mundo es edadista contra las personas mayores, mientras que en Europa, las personas jóvenes perciben que se da con mayor frecuencia hacia ellas que hacia las mayores.

El edadismo nos implica, podemos 'causarlo',  y podemos 'sufrirlo'. Puede afectar a las demás personas, pero también a uno/a mismo/a y tiene repercusiones negativas en muchos aspectos, entre ellos la discriminación en el acceso al trabajo, a la información, al uso de las tecnologías, a la participación y otros derechos.

Además tiene un impacto negativo en la salud, que afecta principalmente a las personas mayores: 

- Se asocia a estrés cardiovascular y a una muerte más temprana.
- Se relaciona con una peor salud física y mental, como mayor frecuencia de depresión y menor autoestima.
-  Aumenta el aislamiento social y la soledad.
- Disminuye el autocuidado y aumenta los comportamientos de riesgo para la salud (por ejemplo, alimentación inadecuada o fumar).
- Se asocia a una menor calidad de vida.

El edadismo tiene un alto coste a nivel individual y social. Combatirlo es un reto para una sociedad que ha de aspirar a ser más inclusiva y justa, lo que implica apreciar la diversidad y reconocer el valor de todas las personas, tengan la edad que tengan. 

Podemos empezar preguntándonos ¿Soy edadista? Es probable que encontremos muchas cosas que cambiar para tener una perspectiva mejor de la realidad y contribuir a conseguir ese reto. 


Más información: 

En estas fuentes encontramos contenidos que pueden ayudarnos a comprender el alcance del edadismo y a reflexionar sobre nuestras ideas y comportamiento respecto a esta cuestión y cómo nos afecta. 

viernes, 10 de noviembre de 2023

Tus hijas e hijos ¿realizan suficiente actividad física?



Entre los 5 y los 18 años niños, niñas y adolescentes pasan por etapas de desarrollo cruciales. 
Las actividad física es un factor muy importante para que ese desarrollo se produzca de la forma más saludable y para prevenir riesgos de enfermedades crónicas en la edad adulta.  Sin embargo parte de la población de estas edades no cumple las recomendaciones de actividad física para la salud.  





Escolares de Lena. Día de la bicicleta,2023.



Las agendas de las niñas y los niños suelen estar repletas de actividades;  entre el colegio y las  extraescolares tienen ocupado casi todo el día, pero eso no siempre implica movimiento, si no que muchas veces supone sumar horas de sedentarismo a su vida. Por otra parte, en el tiempo de ocio, el creciente uso de pantallas también aumenta los períodos sedentarios. 

Los estudios sobre actividad física apuntan a la necesidad de fomentarla en la infancia y la adolescencia, ya que una parte de la población de esas edades no llega a realizar el mínimo  recomendado para la salud, lo cual supone un factor de riesgo para la obesidad y otras enfermedades asociadas. 

Según los datos del estudio ALADINO 2019 (Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España) realizado con escolares de 6 a 9 años, el 23,3% están en sobrepeso y la prevalencia de obesidad  es del 17,3%; el sobrepeso se da más en las niñas, y la obesidad, incluida la obesidad severa, es mayor en los niños.

En cuanto a la actividad física, son más los niños que realizan al menos 1 hora diaria  (75% de niños frente a 65% de niñas).

Uno de cada cuatro pasaban 3 o más horas al día de forma sedentaria, delante de pantallas, haciendo deberes o leyendo. 

Al llegar a la adolescencia,  se observa una tendencia a hacer menos actividad física de la que estaban realizando desde la infancia, una reducción que es mayor en las niñas que en los niños. 


Recomendaciones de actividad física y reducción del sedentarismo para la población de 5 a 17 años


VER en PDF
A estas edades, el tiempo de actividad física que se recomienda para que tenga un impacto positivo en su salud es de una hora al día, combinando actividad de intensidad moderada a vigorosa, fundamentalmente aeróbica y al  menos  3 días a la semana realizar actividades de intensidad vigorosa y actividades de fortalecimiento muscular.

La actividad debe adecuarse al estado de
salud y capacidades de cada niño, niña o adolescente; se trata de que se mantengan activos/as hasta donde puedan y que vayan aumentando la actividad de forma progresiva 
hasta donde sea posible.


Es necesario también que limiten las actividades sedentarias, especialmente el tiempo de ocio frente a la televisión u otras pantallas (móviles, videojuegos, ordenadores, etc.).


Tanto en la familia como en el colegio y en toda la comunidad podemos ayudarles a cumplir con estas recomendaciones, facilitarles oportunidades para realizar actividad física adecuada a su edad y condiciones de salud, fomentar entornos que faciliten los desplazamientos activos, como ir al colegio andando o en bicicleta, lugares públicos atractivos y seguros en los que puedan jugar y relacionarse. 



Información relacionada: 


 


Fuentes:  

Ministerio de Sanidad: Actividad Física para la Salud y Reducción del Sedentarismo. Recomendaciones para la población. Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el SNS. Madrid, 2022.

Ministerio de Sanidad: Infografías de las Recomendaciones.

Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Estudio Aladino 2.019.



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