“Proteger a las personas jóvenes de la manipulación de la industria y evitar que consuman tabaco y nicotina”.
Es el lema propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para este año, ante la evidencia de que la industria tabacalera busca sus nuevos clientes entre la población más joven.
La industria tabacalera busca sus nuevos clientes en la población más joven a través de múltiples estrategias: publicidad más o menos encubierta, patrocinios..y productos nuevos con imagen y sabores atractivos, como las pipas de agua o cachimbas y, sobre todo, los cigarrillos electrónicos.
En los últimos años el consumo de este tipo de cigarrillos ha aumentado de forma llamativa entre adolescentes. Así se refleja en la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes) 2018-2019, en la que participan chic@s de 14 a 18 años.
En lo que respecta a Asturias, ha habido un descenso en el consumo de cigarrillos “tradicionales“ en estas edades, pero se ha triplicado el consumo experimental de los cigarrillos electrónicos desde 2016-2017, pasando al 39%. Además, la percepción del riesgo asociado a su consumo es la más baja de todas las drogas.
Prevenir el consumo de tabaco en los más jóvenes requiere de políticas que los protejan, como la subida de precios de los productos del tabaco, las leyes y la vigilancia de su estricto cumplimiento, además de medidas educativas compartidas por los centros escolares, las familias y las comunidades. Ante problemas tan serios como los que genera el tabaquismo en la salud, no valen respuestas tímidas o aisladas.
Pongámonos manos a la obra.
En Asturias, aunque la pandemia impide las habituales actividades presenciales, nos unimos a la conmemoración de este día con diversas acciones, como la campaña #quenotevendanhumos y otras muchas que recoge la Consejería de Salud en la página Astursalud: