31 días para recordar que tenemos que practicarlo y reivindicar que se cumpla siempre, porque aún queda mucho por hacer para que sea efectivo.
El año sigue su curso y, aunque nos pueda parecer extraño tras el tiempo de confinamiento, ya llegó julio y estamos inmersos en la "nueva normalidad", lo que implica incluir en nuestras rutinas los protocolos de prevención de la COVID-19, hasta que se encuentre un tratamiento efectivo o una vacuna.
Las calles vuelven a estar concurridas, algunas más que antes, las terrazas de los bares llenas y en cuanto a las normas y recomendaciones, hay quien las cumple escrupulosamente y quien se relaja, quizás queriendo creer que todo ha pasado. Pero la incertidumbre sobre lo que pasará, cómo será el otoño, cómo será el nuevo curso escolar, está en el ambiente y en las conversaciones de todo el mundo.
Nos toca a todos y todas asumir la responsabilidad de la prevención para seguir pasando las hojas del calendario sin sobresaltos, ni tener que señalar ninguna fecha más de confinamiento ni brotes de contagio.
Esperamos que en los meses que restan de este año la preocupación por este tema pueda ir desapareciendo y el protagonismo principal sea para otras causas, como los Derechos de la Infancia, a los que se ha dedicado el calendario Vivir en L.lena, que este mes de julio destaca el derecho a la no discriminación.
La niña que ha ilustrado este derecho es Julieta Aller González, alumna de Educación Infantil del colegio Vital Aza. Con las figuras-renacuajo propias de sus 4 años nos transmite el mensaje:
Todas las niñas y todos los niños deben ser tratados, cuidados y protegidos sea cual sea su raza, color, nacionalidad, religión, origen social, sexo, condición..
La discriminación que implica un trato desfavorable, un mal trato, aún afecta a muchos niños y niñas, a pesar de que el derecho a la no discriminación es uno de los reconocidos, además de en la Declaración de los Derechos de la Infancia, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en otros textos legales internacionales y nacionales. La Infancia más vulnerable a esta discriminación hoy día, también en nuestra sociedad, son las niñas y niños con discapacidad, los que forman parte de minorías étnicas, los refugiados, los más desfavorecidos socialmente..
En nuestras manos está velar porque este derecho se haga efectivo, educar para ello y activar políticas que lo garanticen.