El otoño nos trae cosas maravillosas, pero también tiene algunos efectos indeseados en nuestra salud y bienestar.
La actividad física es una de las estrategias que más nos pueden ayudar a prevenirlos para sentirnos en plena forma en esta estación.
Quedan días de verano, pero el otoño está ya anunciando su próxima llegada; los días se acortarán más, la luz será más tenue, las temperaturas más frescas...todo ello repercute en la naturaleza, en todos los seres que la componen, incluyéndonos.
Aunque unas personas notan más que otras este cambio de estación, en general nos afecta de algún modo a todas. Entre los efectos indeseados es posible que sintamos un descenso más o menos acusado de energía, cambios en el estado de ánimo, menos resistencia ante las infecciones...
¿Cómo podemos prepararnos para prevenir estos "síntomas otoñales" y disfrutar de todo lo bueno que nos trae el otoño?
Podemos pensar en un plan a nuestra medida, en el que tengamos en cuenta lo más básico para cuidarnos: relacionarnos, alimentarnos, movernos, descansar...prestando también atención a nuestro entorno.
- Nos ayuda a aumentar la fuerza y la resistencia
- A reforzar el sistema inmunológico
- A equilibrar el estado de ánimo
Ponerla en un lugar destacado de nuestro plan es importante, sobre todo, para no dejarnos vencer por la pereza, que puede tentarnos demasiado en esta época.
Además de movernos, en el plan no puede faltar:
- La atención a las relaciones -cultivarlas es fundamental-
- Cuidar nuestra alimentación, aprovechando la abundancia de productos de temporada;
- Reservar tiempo para hacer lo que nos gusta;
- Pasear, contemplar, vivir los espectaculares paisajes que nos regala el otoño.
Y podemos añadir muchas cosas más a nuestro plan. Será un buen comienzo para pasar a la acción.
Anímate a hacer el tuyo;)