jueves, 31 de octubre de 2024

Entrenar el equilibrio para ganar salud


Gracias a la capacidad de equilibrio podemos mantenernos de pie, caminar, bailar...realizar muchas de las actividades de nuestro día a día. ¿Habéis reparado en lo importante que es potenciarla?



 


El equilibrio es la capacidad que nos permite mantenernos de pie, desplazarnos y hacer otras actividades sin caernos. 

Está relacionado con varios sentidos, fundamentalmente la vista, el oído y la propiocepción (lo que nos permite sentir en qué posición estamos), que tiene su base en los músculos y las articulaciones. Estos sentidos trabajan de forma coordinada y envían la información a nuestro cerebro, que se encarga de procesarla y devolverla a otras partes del cuerpo con las órdenes precisas para que mantengamos el equilibrio.

Desde que nacemos vamos desarrollando esa capacidad, aprendemos a andar y podemos llegar a realizar otras actividades que requieren altas habilidades de equilibrio, pero a medida que envejecemos tiende a mermar y esa pérdida puede limitar seriamente la autonomía, porque supone, entre otras cosas, mayor riesgo de caídas, que pueden causar lesiones discapacitantes, además de la sensación de inseguridad, que tanto coarta la movilidad.

Entre las medidas que nos pueden ayudar a prevenir el deterioro del equilibrio y a mejorarlo, está realizar e ejercicios específicos. Por ello estos ejercicios se incluyen en las Recomendaciones de Actividad Física para la Salud, subrayando la necesidad de aumentar el entrenamiento a partir de los 65 años, especialmente las personas con dificultades de movilidad (debilidad en las piernas o con poca estabilidad) para prevenir el riesgo de caídas.


Entrenar el equilibrio nos ayuda a mejorar la estabilidad, el control postural, la capacidad de coordinación y concentración. 

Mantenernos en pie, caminar y otras actividades cotidianas requieren equilibrio, lo que supone de por sí un "entrenamiento", a partir de ellas podemos realizar variaciones como sostenernos sobre una pierna, ponernos de puntillas, levantarnos sin apoyar las manos, hacer sentadillas, etc. Además son muy útiles actividades como bailar, practicar yoga, pilates o tai-chi, actividades relacionadas con la propiocepción y con la coordinación ojo-mano (como, por ejemplo, lanzar una pelota con las manos), o coordinación ojo-pie (como dar patadas a un balón). 

Así pues, son muchas las opciones que nos pueden ayudar a entrenar el equilibrio, se trata de elegir las que más nos gusten y se adapten a nuestra condición física y circunstancias.  

Contar  con profesionales de la actividad física puede ser de gran ayuda para realizar entrenamientos de mayor complejidad y siempre que se tenga algún problema de equilibrio que requiera de ayuda especializada, en cuyo caso también es recomendable realizar previamente una consulta médica. 

Para finalizar, recordamos que, además de ejercitar el equilibrio, una rutina adecuada de actividad física para la salud debe incluir ejercicios de fortalecimiento muscular (pesos libres, máquinas de resistencia variable supervisados),  flexibilidad (estiramientos, yoga, pilates) y  resistencia aeróbica (caminar, pedalear) y evitar el sedentarismo.

A moverse, que es salud!!:)


Fuentes: 

Ministerio de Sanidad

Ministerio de Sanidad. Actividad Física para la Salud y Reducción del Sedentarismo. Recomendaciones para la población. Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el SNS. Madrid, 2022 


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