Realizar actividad física y reducir el sedentarismo son dos cuestiones claves para la salud, según muestran los estudios de investigación, por ello es crucial que nos movamos más y estemos el menor tiempo posible en actitud sedentaria.
Promover la actividad física en la población es una de las prioridades en todos los planes de salud, dada la importancia que tiene en la prevención y control de enfermedades.
Hoy nos fijamos en los mensajes que nos traslada el Ministerio de Sanidad para que conozcamos algo más sobre este tema y encontremos razones que nos animen a hacer de la actividad física un hábito, si es que aún no lo tenemos.
Practicar actividad física con regularidad y evitar el sedentarismo puede prevenir y ayudar a controlar muchas de las enfermedades crónicas, como enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2 y algunos tipos de cáncer. Además, la actividad física mejora el bienestar mental, reduce los síntomas de ansiedad y estrés, mejora el sueño y reduce el riesgo de depresión.
Ese es un resumen muy breve de los grandes beneficios que nos puede aportar ser personas activas, algo que no es tan difícil de conseguir porque la actividad física se define como cualquier movimiento del cuerpo producido por la acción muscular voluntaria y que supone un gasto de energía por encima del nivel de reposo. Por tanto, incluye el ejercicio físico, pero también otras actividades que forman parte de nuestro día a día, las que realizamos en el trabajo, en el tiempo de ocio, los desplazamientos que hacemos a pie o en bicicleta, las tareas domésticas, los juegos que implican movilidad...
Pero realizar actividad física no es todo; si queremos cuidarnos, también es preciso que evitemos el sedentarismo.
Sedentarismo no es lo mismo que inactividad física
Las personas inactivas son las que no alcanzan las recomendaciones de actividad física para la salud (recomendaciones consensuadas que ofrece la O.M.S con unos mínimos a alcanzar por grupo de edad).
Las actividades sedentarias son las que realizamos, en posición sentada, reclinada o acostada (exceptuando el período de sueño), en las que gastamos muy poca energía.
Aunque es frecuente que una persona sea a la vez inactiva y sedentaria, también es bastante común que no sea así, por ejemplo, una persona adulta que realice menos actividad física de la recomendada para su edad sería una persona inactiva, pero no por ello podemos decir que sea una persona sedentaria, mientras que una persona que realice la actividad física recomendada se considera sedentaria si pasa largos períodos en reposo o con actividades de poco gasto energético, por ejemplo delante de pantallas, conduciendo o en tareas de oficina.
Quedémonos con esta buena noticia: Todas las personas, tanto mujeres como hombres, de cualquier edad y sea cual sea su estado de salud pueden beneficiarse de ser activas físicamente y reducir el tiempo sedentario.
¡Pongámonos en movimiento!
Fuentes:
Ministerio de Sanidad. Actividad Física para la Salud y Reducción del Sedentarismo. Recomendaciones para la población. Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el SNS. Madrid, 2022
#caminalena