Si nos preguntan qué es lo que más valoramos en la asistencia sanitaria, seguramente la mayoría citaríamos entre lo más importante el "trato humano" ¿verdad?
Ese buen trato es una condición esencial en la relación entre pacientes y profesionales de la sanidad que, sin embargo, no siempre se da, por ello desde hace décadas se habla de "humanización" del sistema sanitario y se tiene en cuenta como un objetivo de las propias instituciones sanitarias. Hacemos un breve resumen para saber a qué se refiere esa "humanización".
Cuando decimos "trato humano" o "trato humanizado" queremos decir esa manera en la que nos gusta que nos traten cuando necesitamos asistencia sanitaria, cuando somos pacientes o acompañantes de pacientes; es sentir la consideración, la comprensión y la cercanía en la comunicación con las personas que nos atienden, en las que estamos buscando ayuda en momentos a veces difíciles.
El trato humano tiene que ver con atender a la persona más que a la enfermedad, personalizar la asistencia en lugar de aplicar mecánicamente protocolos y tratamientos.
Afortunadamente, la mayoría de profesionales de la sanidad son conscientes y consecuentes con ese trato humano, pero por diversas circunstancias eso no es algo general.
En palabras de Rodrigo Gutiérrez Fernández:
"la creciente tecnificación de la asistencia sanitaria, la prioridad por la búsqueda de la eficiencia y el control de los costes, la presión asistencial, la masificación, la falta de tiempo, el trato inadecuado e impersonal a la persona enferma, han hecho que con frecuencia el personal sanitario pueda anteponer aspectos meramente administrativos, económicos o procedimentales a la prestación de un auténtico servicio orientado al ser humano. Por eso, por la propia naturaleza de los servicios de salud, la humanización debiera convertirse en una prioridad de las instituciones sanitarias".
Recogiendo esas recomendaciones, las instituciones sanitarias están integrando medidas para fomentar la humanización. Un ejemplo es el Plan de Humanización del Sistema Sanitario Público del Principado de Asturias, en el que se incluye este decálogo que nos viene muy bien para entender de qué estamos hablando, y que esperamos contribuya a que la humanización llegue a ser una realidad en todos los niveles de la atención sanitaria, sin tener que reivindicarla.
Estos son los 10 principios del decálogo:
BIENESTAR: Organizar las actividades asistenciales teniendo en cuenta las necesidades de las personas: pacientes, familiares, profesionales; facilitando los medios necesarios para favorecer el bienestar de todas.
INCLUSIÓN: Garantizar los derechos de todas las personas, así como su cuidado inclusivo, sin ningún tipo de discriminación por razón de discapacidad u otra condición humana, etnia, religión, género, nivel educativo, edad, ideología política y sin tomar en consideración cualquier otra circunstancia de índole subjetiva.
PARTICIPACIÓN: Integrar la Cultura de Humanización en la definición de procesos asistenciales, en programas y servicios de Salud, desarrollando espacios de diálogo y participación plena y significativa de pacientes, familiares, profesionales y ciudadanía.
RESPETO: Respetar la dignidad de las personas que acuden a los centros sanitarios: pacientes, familiares y profesionales.
ACOMPAÑAMIENTO: Permitir el acompañamiento y confortar siempre, sin discriminación ni emisión de juicios de valor.
EMPATÍA: Ofrecer una atención y cuidados equitativos a todas las personas, basados en la calidez, la empatía y la compasión.
INTEGRACIÓN: Incorporar una visión integral de lo científico y humano en las actividades asistenciales.
EQUIDAD: Proporcionar un trato equitativo a las personas en situación de discapacidad y /o vulnerabilidad.
AUTONOMÍA: Respetar la confidencialidad, autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias decisiones de naturaleza clínica y terapéutica.
ACCESIBILIDAD: Garantizar la accesibilidad de todas las personas a los servicios y recursos para alcanzar su mayor potencial de Salud.
La base de todo esto es el profundo respeto entre profesionales, pacientes, familiares, que antes que nada somos seres humanos sumidos en nuestras circunstancias.
La comunicación cercana, personalizada, es el principio de la atención humanizada y añade calidad a cualquier terapia.
Rodrigo Gutiérrez Fernández incluye en su artículo La humanización de (en) la Atención Primaria esta cita de Antoine de Saint-Exupery (1936) que expresa muy bien la esencia del trato humano en sanidad:
«Yo creo que llegará el día en que el enfermo se abandonará en las manos de los médicos. Sin preguntarle nada, estos médicos le extraerán sangre, calcularán algunas variables, multiplicarán unas por otras, curarán a este enfermo con sólo una píldora.
Sin embargo, si yo caigo enfermo, me dirigiré a mi viejo médico de familia. El me mirará en el ángulo
del ojo, me tomará el pulso, me palpará el vientre, me auscultará. Después toserá, prenderá su pipa,
se frotará el mentón, y me sonreirá para calmar mi dolor. Desde luego yo admiro la ciencia, pero también admiro la sabiduría.» Antoine de Saint-Exupery (1936).
Fuentes:
Portal de Salud del Principado de Asturias. Astursalud. Principios rectores. Decálogo de Humanización.
Gutiérrez Fernández, R., (2017). La humanización de (en) la Atención Primaria. Revista Clínica de Medicina de Familia , 10 (1), 29-38.