De las campañas y la prevención
Dos
nuevas campañas, que acaban de estrenarse, vuelven a dar espacio en los medios de
comunicación al tema del consumo de alcohol por parte de los adolescentes y
jóvenes.
Campaña de la FAD Nota de prensa de la FAD |
Campaña del PNsD y asoc. Dual |
La
otra es del Plan
Nacional sobre drogas y la
asociación Dual ; se dirige a adolescentes y tiene como
objetivo retrasar el inicio en el consumo de alcohol. Utiliza como metáfora una
partida entre el alcohol y un adolescente, con un mensaje: "si juegas con
el alcohol, el alcohol juega contigo" y les pregunta si se sitúan en el
grupo de Los que no entran en el
juego o de Los que sí lo hacen. Además del spot y la cuña de radio
cuenta con una web vinculada a las redes sociales.
Sin ánimo de restarles valor, podemos prever que el efecto de estas campañas no va a ser
mayor que el producido por las anteriores. Y eso porque se centran en un solo aspecto del
consumo: la decisión del chico o chica que va a beber, pero detrás de
esa decisión están, sus valores, sus habilidades, etc; toda su historia
educativa y todas sus circunstancias.
Cabe esperar, sin embargo, que contribuyan a mantener sobre la mesa este tema de crucial importancia con la
invitación a poner medios eficaces para revertir los datos actuales sobre el
consumo de alcohol en este grupo de la población.
El
debate (si se puede llamar así), se ha intensificado al publicarse la noticia de que el Gobierno
estudia sancionar a los padres si sus hijos repiten coma etílico, y otra vez
nos encontramos enredados discutiendo quiénes son más culpables: los padres, los colegios, los hosteleros, la policía, la
publicidad…Inútil discusión cuando es evidente que, como en todo problema
social, la responsabilidad es
compartida.
LA NECESIDAD DE UN ABORDAJE GLOBAL
Sabido es que tras este fenómeno hay múltiples causas, algunas de carácter personal y otras ambientales y sociales, todas ellas relacionadas entre sí. Por eso requiere un abordaje
global.
No
podemos tratar esta cuestión sin tener en cuenta la presencia que el alcohol
tiene en nuestra cultura y el espacio que se les da a los jóvenes en nuestra
sociedad, con un papel subordinado a determinantes socioeconómicos que demoran
indefinidamente su rol de adultos independientes y, por tanto, condicionan sus
expectativas y la manera cómo asumen responsabilidades.
Tampoco
puede desvincularse del discurso social sobre el alcohol y los jóvenes, que se
sostiene desde hace años y se alimenta desde los medios de comunicación,
creando un estereotipo asumido por los propios jóvenes, en el que esta forma de
beber ha pasado a ser un rasgo más de los que los identifica como colectivo.
Esto está relacionado con lo que en prevención se denominan creencias
normativas -en este caso creer que esta forma de beber es lo normal en su grupo
de edad- y está considerado como un factor de gran peso para que decidan o no
beber.
Uno
de los aspectos en los que tenemos que trabajar es desmontar ese discurso y la manera de hacerlo es
combatir el estereotipo dando protagonismo a adolescentes y jóvenes por las
múltiples características positivas que les son propias y por otras facetas de
su estilo de vida que no tienen que ver con el alcohol.
Además,
tenemos que fortalecer otros factores que puedan protegerles de implicarse en
consumos problemáticos de alcohol y otras drogas: variables conocidas en prevención, que tienen que ver con la educación para la salud, educación para el
ocio, desarrollo de habilidades para la vida, valores prosociales, fomento del éxito escolar, control de la disponibilidad de bebidas
alcohólicas, etc.
Bienvenidas sean las campañas, pero hay que hacer más. Si de verdad queremos cambiar la situación, tenemos que poner en marcha la maquinaria de la prevención, de cuyo engranaje y funcionamiento todos formamos parte. Prevenir, desde edades tempranas, desde todos los ámbitos, empezando por los más próximos: familia, escuela, municipio, medios de comunicación...
Puede
parecer una tarea ingente, pero no lo es, puesto que la carga está muy repartida, sólo
tenemos que ponernos de acuerdo en los objetivos y asumir la pequeña parte que
nos corresponde según los distintos roles que desempeñamos en nuestra
vida cotidiana.
Quienes
decidan embarcarse en esta empresa pueden encontrar hojas de ruta en los planes sobre drogas y otros que se relacionan
con los mismos, como los planes de Infancia y
Adolescencia.
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