lunes, 18 de agosto de 2025

Derechos asertivos y bienestar emocional

 

Los derechos asertivos son la base de la comunicación asertiva, una de las habilidades fundamentales para relacionarnos de manera constructiva y cuidar nuestra salud mental. 




imagen: elaboración propia sobre imagen de fondo diseño de freepik


¿Alguna vez has sentido que alguien te estaba manipulando y, aun así, cediste a sus deseos? ¿Te has encontrado en situaciones en las que has hecho algo que no te apetecía en absoluto, solo porque no te atreviste a decir que no? O, si has logrado decir no ¿te has sentido fatal, aún sabiendo que era lo que querías?

Seguramente esto le pasa a todo el mundo en alguna ocasión, el problema es cuando sucede con mucha frecuencia, de manera que la vida propia pasa a segundo plano en favor de la de otras personas con las que nos relacionamos, que llevan siempre "la de ganar". Cuando esto sucede, se convierte en una fuente de malestar emocional que puede derivar en problemas de salud mental.

Detrás de las dificultades para afirmarnos ante las demás personasestá la necesidad de aprobación, el miedo al rechazo. Somos seres sociales, necesitamos relacionarnos -¿cómo hacerlo de manera constructiva y saludable?-  El remedio se llama asertividad.

ASERTIVIDAD se define como la habilidad para relacionarnos respetándonos y respetando a las personas con quienes interactuamos. Implica expresar lo que deseamos, sentimos, opinamos, necesitamos, de forma clara, sin ceder ante presiones ni utilizar métodos de comunicación agresiva, sin manipular a nadie ni dejarnos manipular.

ASERTIVIDAD Y DERECHOS ASERTIVOS

En la base de la asertividad están los derechos asertivos, una serie de premisas que podemos utilizar como marco en nuestras relaciones y como referencia para cuestionar las creencias que están detrás de las dificultades para comportarnos de manera asertiva, creencias que vamos adquiriendo desde que nacemos, por ejemplo: "no puedo cometer errores", "debo tener en cuenta las necesidades de las demás antes que las propias para no ser egoísta", "si no me comporto como esperan, les defraudaré", etc.

Aceptar que tenemos estos derechos nos sitúa en una posición más amable en las relaciones, en un plano que facilita la comunicación asertiva, de igual a igual.

Fue el psicólogo Manuel J. Smith quien habló de derechos asertivos en su libro “When I say no, I feel guilty"/"Cuando digo no, me siento culpable" (1975), por lo que se le considera referencia original en este tema, aunque se van añadiendo algunos derechos más a los que él definía.

DERECHOS ASERTIVOS

Tenemos derecho: 

  • A juzgar nuestras propias acciones, pensamientos y emociones
  • A que nos traten con respeto
  • A tener y expresar nuestras opiniones y sentimientos
  • A decir NO sin sentirnos culpables
  • A cometer errores y responsabilizarnos a nuestra manera
  • A tomar nuestras propias decisiones, incluso si parecen ilógicas
  • A cambiar de opinión
  • A no dar excusas para justificarnos
  • A ser y a hacer, sin necesitar la aprobación ajena
  • A no cumplir con las expectativas de otras personas
  • A intentar cambiar lo que no nos satisface
  • A decir no lo sé, a decir no me importa
  • ... 

¿Es egoísmo??

Puede que nos planteemos si somos egoístas al reivindicar estos derechos en nuestras relaciones; la duda sería razonable si pensamos que son solo nuestros...
En cambio, cuando los reconocemos, aceptamos y promovemos también en las demás personas, las hacemos partícipes de sus efectos positivos: Tengo derecho...tiene derecho... Tenemos derecho
Es necesario pasar del yo al nosotros para cultivar relaciones saludables, en las que podemos definir límites partiendo de esos derechos. 

Así que, lejos de ser egoísmo, cultivarlos es amor propio y respeto a quienes nos rodean. Por ejemplo: tengo derecho a decir "no" sin sentirme culpable y también puedo aceptar un "no" sin juzgar a quien me lo dice o sentir que me rechaza.

Tener en cuenta los derechos asertivos es interesante, como punto de partida, si queremos mejorar la asertividad. Podemos analizar hasta qué punto los reconocemos y los hacemos valer; si en nuestro comportamiento predomina o no la comunicación asertiva y, si  no es así, qué derechos estamos dejando de lado, preguntarnos por qué. 

En última instancia tenemos derecho a no comportarnos de manera asertiva:), pero el hecho de ser conscientes y elegirlo, es un grado. 

Como toda habilidad, la asertividad se aprende practicando. El esfuerzo merece la pena: 
la asertividad favorece el equilibrio emocional y, con ello, la salud mental.

Y tú ¿cómo te consideras respecto a la asertividad? ¿Ya la cuentas entre tus habilidades o podrías  mejorar? Si es así, decídete a empezar ya!


Contenidos relacionados: 

Bienestar emocional: algunas claves

Comunicarnos sanamente

¿Dónde pones tu atención?


Imagen de la cabecera: elaboración propia sobre imagen de fondo diseño Freepik:  www.freepik.es