martes, 4 de febrero de 2020

El saludable hábito de beber agua

y el valioso patrimonio de las fuentes



Es la bebida más natural y la única indispensable para la vida.  Habremos escuchado esto muchas veces, pero quizás no tengamos claro porqué, así que vamos a hacer un repaso de lo que este maravilloso elemento hace por nosotros y algún apunte para adquirir o perfeccionar el buen hábito de beber agua.

Además, queremos destacar la importancia del patrimonio de nuestras fuentes públicas, junto con la reivindicación del mismo, para disponer de agua en todo momento.




Fuente de Piedracea (Lena). Foto: Marta Cuesta.


El agua no contiene ninguna caloría, pero se considera un nutriente esencial, que tenemos que
aportar a nuestro organismo para que pueda realizar sus funciones. Estas son algunas de las más importantes:

- Transporta y distribuye a nuestras células los nutrientes de los alimentos que tomamos
- Favorece la aportación de oxígeno a la sangre
- Trasporta los residuos para su eliminación
- Facilita el buen funcionamiento de todos los órganos vitales, especialmente los riñones
- Nos ayuda a regular la temperatura corporal
- Actúa como lubricante, por ejemplo en las articulaciones y los párpados
- Ayuda a mantener la elasticidad de la piel y el buen estado de los músculos
- Puede prevenir la formación de cálculos renales (Las personas con cálculos cálcicos no es recomendable que beban aguas ricas en calcio fuera de las comidas) y las infecciones de orina.
- Puede proporcionarnos diversos minerales y oligoelementos. No aporta calorías.


¿Qué ocurre cuando nos falta agua?
Si nuestro organismo no dispone de agua suficiente empieza a deshidratarse, lo que conlleva muchas dificultades para su buen funcionamiento, incluso la muerte en casos extremos.

Una deshidratación ligera puede provocar cansancio, dolor de cabeza, calambres, aumento de pulsaciones, estreñimiento, disminución de la actividad intelectual..
Se estima que con un 2% de reducción de nivel de agua se resiente la capacidad de trabajo un 20 %;  la disminución de más de un 5% puede resultar mortal.


¿Qué cantidad necesitamos?
Tenemos que reponer el agua que gastamos, ya que nuestro cuerpo no la almacena.
Perdemos cada día una media de entre 2 litros y 2 litros y medio a través de la orina, la piel y los pulmones, cantidad que aumenta cuando realizamos esfuerzos físicos, estamos en ambientes calurosos o tenemos estrés; también cuando hay fiebre, vómitos o diarrea, así que hay que tener en cuenta la condición y circunstancias de cada persona, pero hay unas recomendaciones generales que pueden orientarnos:
de 5 a 8 vasos diarios, en condiciones normales de actividad y temperatura; si aumenta la actividad y/o el calor, algo más. Esta cantidad complementaría la que tomamos a través delos alimentos.

Las embarazadas , la población infantil y las personas mayores tienen mayor riesgo de deshidratación, por lo que es preciso asegurar que tomen una cantidad suficiente de agua.

¿Cómo tomarla?
El aparato digestivo solo es capaz de asimilar unos 800 ml de líquido a la hora, por lo que es mejor acostumbrarnos a tomarla despacio y en pequeños sorbos.
En cuanto a la temperatura óptima, cada persona tendrá sus preferencias, pero se recomienda que no sea inferior a los 12 grados centígrados, muy fría puede provocar faringotraqueitis.



Fuentes, más fuentes..

Además de hacernos con el buen hábito de beber entre 1 litro y medio y 2 litros de agua al día
(según las recomendaciones), necesitamos disponer en nuestro entorno de agua de calidad, accesible en todo momento,como la que nos pueden proporcionar las fuentes, un patrimonio de valor inestimable, que tenemos que conservar y aumentar.